domingo, 13 de octubre de 2013

Pata negra. Blues de la frontera. 1987

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Lista de canciones:
1. Bodas de sangre
2. Blues de la frontera
3. Pasa la vida
4. Yo me quedo en Sevilla
5. How high the moon
6. Camarón
7. Calle Betis
8. Lindo gatito
9. Lunático

Esto es lo que divinizó la trayectoria de Pata Negra. Los hermanos Amador, en su momento de máximo esplendor. “Blues de la frontera”, con copyright de 1987, pero no editado hasta 1988, fue considerado, indiscutiblemente, el mejor disco español, el número 1. “Blues de la frontera”, con la producción artística de Ricardo Pachón y avalado por Mario Pacheco desde la producción ejecutiva, fue una obra irrepetible en la trayectoria de Pata Negra y un trabajo donde confluyeron todos los factores positivos que posibilitaron que las canciones se convirtieran en grandes éxitos populares; lamentablemente, no volvieron a repetirse circunstancias tan favorables en la carrera hermanada de Rafael y Raimundo.

Bien, chico, yo soy sevillano. Para mí el flamenco no es una música exótica, no tengo que descubrirla porque siempre ha estado ahí. Puede que te guste más o menos, pero si vives en Andalucía ya tienes ganado al menos el setenta y cinco por ciento. Y créeme que lo siento, pero me da que si no eres de aquí no vas a llegar nunca a entenderlo al cien por cien.

Las “Ratitas divinas” pasaron siete años de oscuridad recorriendo las cloacas antes de ver la luz y, cuando al fin la vieron, muchos de sus espectadores no se percataron de que Pata Negra hacía ya tiempo que paseaba por parajes más soleados.


Con “Blues de la frontera” Pata Negra ha dado en el blanco de una diana que, mucho me temo, está más allá del alcance de los que solo ven en la fusión de flamenco y rock una mera anécdota. Temas como “Camarón”, “Calle Betis”,  “Yo me quedo en Sevilla” o “Bodas de sangre” desconcertarán a antiguos seguidores que nunca han llegado a apreciar la diferencia entre Ketama y Los Chichos, por poner un ejemplo.
Pero al escuchar este LP a mí me da la sensación de que el grupo se lo pasa igual de bien tocando estas rumbas, muy especiales, que haciendo jazz –“How High The Moon” –, reggae –“Lunático”– o tamizando composiciones de un tipo, Romero Sanjuán, que, otra vez para mí, solo adquiere interés cuando es versionado por los hermanos Amador –“Pasa la vida”–.

Entonces, ¿dónde esta la clave?, ¿qué hace especial a este disco? Creo que los dos temas que aún no he nombrado: “Lindo gatito” y “Blues de la frontera”.

“Blues de la frontera”, el LP, es blues gitano, no porque el esquema blues esté formalmente presente en algunas composiciones o porque los puristas no lo quieran llamar flamenco o, ni mucho menos, porque haya que buscarle una definición. Solo por sentimiento.

Las letras de Ricardo Pachón y Carlos Lencero evaporan las esencias del sur profundo –el de aquí, el otro es una ilusión–, las colaboraciones de Rafael Riqueni, Juanjo Pizarro o Marinelli refuerzan, entre otras, el resultado. Y ante disco tan geométrico permanece la anécdota improvisada de la chica que llega a hacer palmas y termina cantando –Charo Manzano debería pensar en hacer carrera en solitario–.

Esto es blues, blues gitano.


Texto: Rockdelux.com

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