domingo, 29 de septiembre de 2013

Camarón de la Isla. La leyenda del tiempo. 1979

ENLACE DE DESCARGA

1. La leyenda del tiempo (Federico García Lorca/Ricardo Pachón) – (Jaleos)
2. Romance del Amargo (García Lorca/Pachón) – (Bulerías por soleá)
3. Homenaje a Federico (García Lorca/Pachón/Kiko Veneno) – (Bulerías)
4. Mi niña se fue a la mar (García Lorca/Pachón/Veneno) – (Cantiñas de Pinini)
5. La Tarara (Trad. Arr. Ricardo Pachón) – (Canción)
6. Volando voy (Veneno) – (Rumba)
7. Bahia de Cádiz (Pachón/Fernando Villalón) – (Alegrías de baile)
8. Viejo mundo (Omar Khayyám/Veneno) – (Bulerías)
9. Tangos de la Sultana (Antonio Casas/Pachón/Francisco Velázquez) – (Tangos)
10. Nana del caballo grande (García Lorca/Pachón) – (Nana)

El jefe de compras de El Corte Inglés advirtió a Ricardo Pachón, productor de La Leyenda del tiempo: “Los gitanos me van a devolver este disco”. Y razones no le faltaban. Con sus bulerías jazz-rock y García Lorca pasado por la batería y el bajo eléctrico, la revolución fue un fracaso. Como en los lejanos días en los que Bob Dylan recibía amenazas por electrificar los instrumentos, Camarón de la Isla era entonces, 1979, uno de esos hombres valientes destinados a cambiar el curso de la música y entretanto recibir críticas durísimas de los suyos.

Que nada sería igual se anunciaba desde la portada, una foto de Mario Pacheco, hoy dueño del sello Nuevos Medios. Camarón, con barba, difuminado, bizqueando por el humo de un pitillo. “Como todo en aquel proyecto, algo inesperado”, recuerda Pacheco, que tomó las fotos en el mismo estudio, el de la discográfica Philips, que estaba en la avenida de América de Madrid, donde hoy se levantan una gasolinera y una capilla. Allí llegaron Pachón y “el contingente sevillano” aquel verano, tras una primavera de ensayos en la casa del productor en Umbrete (Sevilla). Diego Carrasco a las palmas, Gualberto al sitar –viejo conocido de Pachón de los días de Smash–, miembros del grupo Alameda o Raimundo Amador y Tomatito, dos jóvenes tocaores con la misión de sustituir a Paco de Lucía, que había acompañado a Camarón durante más de una década, pero que decidió bajarse de este disco. En teoría jonda, unas bamberas, cantes tradicionales de columpio, en tonos mayores y menores que devienen en bulería revolucionaria con letra de un poema de García Lorca y la garganta ambiciosa de un grandioso Camarón. Los críticos flamencos, por descontado, la odiaron.

Texto: Rolling-Stone

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